jueves, 24 de diciembre de 2009

Villancico Laico-gitano

Foto: Florian Barbu

Vente amigo vamos a ver
al hombre nuevo que va a nacer.
El valor y la fortuna
se pelearán por abrirle la cuna.
Está tan vivo y gracioso
que no te acuerdas de ver si es hermoso.

Vente niño vamos a ver
a este sol nuevo que quiere nacer.
Vente a ver como ha brotado
la llama viva del fuego apagado.

Llorará sin fundamento
y se le olvida cuando está contento.
No comprende el churumbel
pero tampoco nosotros a él.

Vente prima vamos a ver
la luna nueva empieza a crecer.
Vente a ver como ha salido
la rama fresca del árbol partido.

No podrá ver el futuro
pero sabrá vivir inseguro.
Será igual a otro cualquiera
pero a su estilo y a su manera.

Vente amigo vamos a ver
la fuente clara que rompe a correr.
Vente amigo vamos a ver
si el hombre nuevo pudiera nacer.

Letra y música: Chicho Sánchez Ferlosio

martes, 22 de diciembre de 2009

The Singer of Owls

Ilustr. J.Carlos Federico

O cantor dos bufos desapareceu na escuridade.
Unha vez máis, non gañara o premio.
Así pasaba no colexio.
Prefería os recunchos con luz ténue, onde camuflarse
e pensar en vogais longas e na fame,
e na amargura da neve profunda.
Tal mal humor non atrae moitos destellos.

Que me pasa?, preguntou ás sombras
-a esa hora, eran sombras das árbores-,
Por que malgastei o fío da miña vida?
Abrinme ós teus silenzos.
Permitín que a crueldade
e as plumas me posuiran.
Tragueime os ratos.
Agora, cando chego ó final, valeriro
de palabras e sen alento,
non me axudaches.

Agarda, dixo o bufo sisiloxamente.
Entre nós non hai premios.
Tí cantabas por necesidade,
coma min. Ti cantabas para min
e para a miña selva, a miña lúa, o meu lago.
O noso canto é un canto nocturno.
Hai pouca xente esperta.

Margaret Atwood: La Puerta, Bruguera, Poesía, 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

El muelle de las brumas

Jean Saudek: Hungry for your touch


La niebla del malecón filtraba en conos luminosos la luz de las farolas, se oía el golpeteo de agua-bruma sobre las barcazas. Yo, Elsa, camino muy cansada. El sonido de mis pasos resuena en mis oídos como un eco.

Había llegado hasta allí en el contorno vacío que ahora ocupaba. El cansancio me vencía. Me recuesto en unos sacos de mercancías que esperan el embarque y me quedo profundamente dormida. El círculo del sueño se convierte en espiral. Sueño que sueño.

Una mano cálida se posa sobre mi hombro, su contacto me despierta. No sé si estoy soñando, la viva sensación de su contacto me confunde. Siento una llama arder en mi corazón, una llama intensa que une mi corazón a la de aquel hombre sin rostro al que presiento y no quiero mirar. Noto su presencia a unos pasos de mí, el corazón me abrasa, no lo miro, tengo miedo, pero él lee, sí, lee en mi pensamiento y con su pensamiento me dice que no quiere hacerme daño, que soy yo el motivo de su largo viaje, que la barca está preparada para los dos.

No podía ser, estaba soñando, pero… ¿ cómo soñar? si el fuego de mi pecho era tan real, si aquella presencia me proponía un destino ancestral que resonaba fuerte en mi alma.

El sueño de aquel hombre y mi sueño irremediablemente habían confluido en el muelle de las brumas.

El viento no soplaba y la barcaza atravesaba las olas en la noche con el sonido del motor resonando en la niebla.

Apenas veo la silueta del hombre, su sombra recortada contra la otra más oscura de la noche. Por veces, él se gira para mirarme y yo bajo la cabeza, mientras mi mente lucha contra el sueño intentando someter a la razón lo que en ella no tiene cabida.

¿Quién era él? ¿hacia dónde me llevaba? eran preguntas que como un eco se iban perdiendo en el olvido, en las aguas del olvido de aquel Leteo, en el que acaso Orfeo conducía a Eurídice a la vida o, por el contrario, ¿era Caronte quien la llevaba hacia la orilla de la cual nunca se regresa?.

Es entonces cuando él se acerca, con su mente le dice a la mía que nuestro destino es el viaje y tiende sus brazos hacia mí. Veo sus fuertes brazos tatuados que debo rechazar y escucho su mente hablarme con dulces palabras llenas de persuasión que me atrapan. La barca ya no es barca, el río ya no es río. Giramos en un torbellino que nos engulle hacia no sé que abismo de vértigo.

Siento una mano posarse sobre mi hombro y su contacto me despierta.

- Señora, lo siento, pero la película ha terminado.

Abro los ojos, pero quiero no mirar, aún siento arder mi corazón. Me levanto de la butaca, me siento un poco mareada, las piernas me flojean. Siento que voy a caerme cuando un brazo fuerte y tatuado me sostiene.

- ¿ Se encuentra bien? ¿Quiere que la acompañe?

-

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Xornadas Feministas Estatais, Granada 30 anos despois


Fun a Granada, si. Eran 130 actividades: identidade, xénero, aborto, prostitución, coidado, crise, arte, os nosos corpos e vidas, e 3000 mulleres de todo o Estado. Un novo pulo para o meu feminismo, para o meu compromiso. E alí nos nutrimos, debatimos, bailamos, rimos e saímos ás rúas: "Alerta que camiña a loita feminista polas rúas granaínas". Recoñocéndonos aínda que nunca nos tivéramos visto. Identificándo en discursos teóricos e en investigacións moitas reflexións sobor das experiencias que nos conforman, corroborando en outras voces análises feitos no camiño, un camiño que xa non ten volta atrás.