domingo, 3 de abril de 2011

...E non haberá igrexas que encerren a Deus...

Primavera: Florianna Barbu

 Todo volverá a ser grande y magnífico.
La tierra sobria y las aguas onduladas,
los árboles gigantes, los muros muy pequeños;
y en los valles, un pueblo fuerte y múltiple
de pastores y labriegos.

Y no habrá iglesias que encierren a Dios
como a un prófugo, para luego plañerlo
como a un animal preso y herido;
las casas se abrirán a quien pida refugio,
y habrá un sentir de ilimitada ofrenda
en todo quehacer y en ti y en mí.

Ya nadie mirará más allá ni aguardará otra vida,
tan sólo anhelarán no profanar la muerte
y vivirán con entrega la vida terrena
para no ser nuevos cuando vayan a parar a sus manos.
 R. M. Rilke: El libro de las horas

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