sábado, 19 de septiembre de 2009

Sarabela Teatro. Un luxo para a nosa cidade

Acabo de chegar do Auditorio, contenta e marabillada de ver a estrea desta versión escénica da obra de Blanco Amor que cumpre 50 anos da súa primeira publicación.
Coñezo e admiro dende hai moitos anos a labor deste grupo de persoas dirixidas pola sensibilidade exquisita de Ánxeles Cuña que sempre nos sorprende con engados como o de hoxe.

Son nove actores: Sabela Gago, Elena Seijo,Fina Calleja, Nate Borrajo, Tito Asorey, Josito Porto, Suso Díaz, Fernando Dacosta e apresenza da estupenda actriz Rosa Álvarez. A música en directo a cargo de Yuri Sidar e Vadim Yukhnevich. A parte técnica a cargo de Rubén Dobaño, José Manuel Bayón e David Varela. Con especial mención á dramaturxia realizada por Begoña Muñoz e Carlos Couceiro.

Un elenco de luxo no que resalta a construcción do Cibrán realizada por un Fernando Dacosta expléndido en infinidade de rexistros e matices e a do Bocas, na que Suso Diaz está como dentro dun traxe feito á medida. A posta en escea coral, apoiada pola música en todo momento, mantén o ritmo perfecto do drama e o espazo escénico motiva á imaxinación que, voando por riba do atrezzo, insunúa eses lugares tan entrañables da narrativa blancoamoriana, parte do imaxinario colectivo da ouensanía literaria.

Noraboa, noraboa. Bravo, bravo.

Eu llela recomendo, non deixen de vela.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Estoy Viva como fruta madura

Patio da escola de Santa Cruz en Ferreira-Alfoz , Lugo

Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.

Gioconda Belli