miércoles, 9 de marzo de 2011

Dende a muller que son, as veces...

Golden ligth by Floriana Barbu

Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes
que deseara mi madre.

No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa de sus vidas impecables
por extraño maleficio,
me inspiran.

Reniego  de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo:
del pudor de sus desnudos
bajo la planchada y almidonada
ropa interior.

Estas mujeres, sin embargo
me miran desde el interior de los espejos
levantan su dado acusador
y a veces cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal
ser la "niña buena", "la mujer decente",
la Gioconda irreprochable.

Sacarme un diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos, y todos los demás seres
que pueblan este mundo nuestro.

En esta contradicción inevitable
entre lo que debería haber sido y lo que es
he liberado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mi, queriendo ser yo misma-

Transgrediendo maternos mandamientos
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que desde la infancia me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,

Porque me atrevo a ser esta loca
falible, tierna, vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos
y palabras juguetonas.

Porque de adulta me atreví a vivr la niña vedada
he hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
y rompí lazos inolvidables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todas mis ancestras
me dotaron.

No culpo a nadie. Más bien agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf.

Pero en los pozos oscuros en los que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento lágrimas pujando,
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.

Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mi,
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella
me gusta ser
Guioconda Belli

miércoles, 16 de febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

Crer é crear

WebIslam

“Cando abres os ollos por dentro, daste conta que a realidade é un espellismo onde as formas están por riba do fondo, onde ter a razón é máis importante que ser feliz, onde o ‘deber ser’ é máis importante que ‘ser un mesmo’.”
William Blake

lunes, 7 de febrero de 2011

Patróns de luz xirando

Moth por Pan Zerkorps
Agora, eu estou experimentando a Luz Clara da realidade obxectiva. Nada está sucedendo, nada sucedeu nunca, nen sucederá xamaís. O meu sentido presente do eu, a viaxeira, é en realidade o vacío mesmo, sen cualidades nen características. Eu me lembro a min mesma coma a viaxeira, cuxa natureza máis profunda é a Luz Clara mesma; eu son unha, non hai outra. Eu son a vacuidade do vacío, a eterna non nacida, a non creada, nen real nen irreal. Todo do que fun consciente é do meu propio xogo de conciencia, unha danza de luz, patróns de luz xirando en extensión infinda, infinidade interminable, o Absoluto alén do cambio, da existencia, da realidade. Eu, a viaxeira, son inseparable da Luz Clara; eu non podo nacer, morrer, existir ou cambiar. Eu sei agora que esta é a miña verdadeira natureza.

Libro Contemporáneo dos Mortos. Lectura 4ª- Confrontando a Luz Clara

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Felices festas!

Ilustración de Ana Juan
Coa tinta dos desexos tatúo letras de paz e luz para este novo ciclo que comeza.
Que non falte o lume nos nosos fogares
Que a chuvia sega a verdecer os campos
Que a terra novamente nos colme
Que os ventos nos sexan propicios
Que os sorrisos e a ledicia nos bendigan. 
Felices Festas!

lunes, 20 de diciembre de 2010

A lúa, a sombra e o bufón

I
Fuera, la luna platea
cúpulas, torres, tejados;
dentro, mi sombra pasea
por los muros encalados.
Con esta luna parece
que hasta la sombra envejece.
Ahorremos la serenata
de una cenestesia ingrata,
y una vejez intranquila,
y una luna de hojalata.
Cierra tu balcón, Lucila.

II

Se pinta panza y joroba
en la pared de mi alcoba.
Canta el bufón:
¡Qué bien van,
en un rostro de cartón,
unas barbas de azafrán!
Lucila, cierra el balcón. 

Antonio Machado

domingo, 19 de diciembre de 2010

A noite escura da alma

foto: José B. Ruíz
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.


S. Juan de la Cruz

sábado, 4 de diciembre de 2010

Non hai outro camiño máis co da morte

foto: Selina
Morto xa non necesitas morrer. Non tes nada, eres ninguén.
Nunca houbo inimigos.
Así convirtes os venenos en mel.
E o caos vivido conscientemente
abrirache as portas da liberdade.
Para que necesitarás entón a ecuanimidade de cristal?
Nen siquera un can sería quen
de comer semellante lixo.
Quen te enganou
coa crenza do ben e do mal?
Eres libre tan só do que amas e afrontas dignamente.
Por iso entra na violencia, na anguria, nos ciumes
e desaparece.
Se o teu verdadeiro poder quedou pechado
no duelo pracer-dor.
Recupera o teu honor perdido
vencendo a hidra de sete cabezas.
Morre e serás libre dos opostos
por e para sempre!

Los contadores de cuentos: Ocho puertas de un mismo jardín. Miyo

viernes, 3 de diciembre de 2010

Caminos del espejo

foto: Florianna Barbu

I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.
III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.
VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.
IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.
XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.
XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.
XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.
XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

Alejandra Pizarnik